‘Skinamarink’ es una cinta de terror experimental que trata temas como la soledad, el silencio y lo cotidiano como entrada a lo sobrenatural.
Skinamarink es compleja y fascinante desde su mismo nombre, el cual invita a revisar una de las producciones más originales y desconcertantes de los últimos años en el género de horror. Quizás, para muchos espectadores habituados a las películas plagadas de jump scares, Skinamarink resulte un producto incómodo, incomprensible y difícil de digerir, pero es que en ello radican sus virtudes. Es una cinta que apela al miedo hacia lo que no se ve, lo que no se escucha y por lo que apenas da avisos de estar presente.
La historia de esta cinta es bastante sencilla (en apariencia): dos menores de edad, Kevin (Lucas Paul), de 4 años, y Kaylee (Dali Rose Tetreault), de 6, deambulan por su casa en busca de su padre. Las ventanas de su hogar también se han desvanecido y algunos objetos cotidianos, aparecen y desaparecen de manera caprichosa.
A ello hay que agregar que el ambiente del hogar es realmente enrarecido, casi hipnótico. Pareciera que el tiempo permanece detenido. La atmósfera extraña se acentúa gracias a una fotografía granulosa que data de 1995, año en el que se desarrollan los acontecimientos. Hay secuencias de auténtico miedo, como la extraña voz que invita a uno de los niños a bajar al sótano, lugar aterrador por antonomasia.
De YouTube a la gran pantalla
Kyle Edward Ball, director de la producción en cuestión, ha logrado entregar una cinta que trata temas como la soledad, el silencio, lo cotidiano como entrada a lo sobrenatural y cómo la pérdida puede convertirse en uno de los grandes miedos para todo ser humano.
Su director puso mucho de sí mismo en la cinta, por ello es que más de uno puede tener la impresión de que se trata de una cinta hecha no para entretener a la audiencia sino para calmar los demonios y memorias de su director. La película se filmó en Edmonton, en la casa de la infancia del guionista y director Kyle Edward Ball.
Es notorio su deseo de recrear la sensación de tener miedo; más concretamente, de tener miedo cuando eres niño. En ese sentido, la noche, la oscuridad, el silencio y los pasillos de tu casa pueden transformarse de algo familiar en algo plagado de amenazas.
Ball empezó haciendo cortos para YouTube inspirados en las pesadillas que le comentaban sus seguidores. Su manera de concebir el cine le ha llevado a ser comparado con David Lynch, maestro de lo onírico y surrealista.
“Tengo un canal de YouTube donde la gente comenta acerca de las pesadillas que ha tenido y yo les digo cómo las recrearía”, explicó. “Las más compartidas fueron básicamente el mismo concepto. Tengo entre 6 y 10 años. Estoy en mi casa. Mis padres están muertos o desaparecidos y hay una amenaza con la que tengo que lidiar. Me interesó eso, porque también tuve un sueño terrorífico y vívido de algo semejante. Pensé que era increíble que casi todo el mundo pareciera tener la misma imagen (en su mente). Así que lo convertí en una película”.
La promoción de Skinamarink comenzó con una serie de comentarios en Reddit que afirmaban que era “la historia más aterradora del año”. Después, la película se filtró de forma ilegal y varias de sus escenas llegaron a la red social TikTok.
“Creo que la gente creía que no teníamos distribución y que nos estaban haciendo un favor al piratear”, contó Ball a Variety. “Lo siguiente que estuvo claro es que había un público para nuestra historia”.
Luces tenebrosas
Otro aspecto a destacar sobre Skinamarink es el soberbio juego de luces y sombras que inunda cada plano estático de la película, lo que nos hace sentir en una especie de limbo. Esto le dota de una belleza absoluta para quienes gusten de la fotografía y los grandes significados que pueden tener objetos tan cotidianos como una lámpara, una puerta, unas escaleras o un apagador.
La fotografía nos invita a perdernos en los rincones de ese hogar en donde algo pasa, donde algo acecha cada rincón sin que sepamos realmente cómo y cuándo surgió. Y lo que es más aterrador: sin que sepamos su propósito con los niños que son los protagonistas de la historia.
Skinamarink seguramente está dividiendo opiniones entre quienes pueden considerarla una joya del género y los que la califiquen de pretenciosa y aburrida. Recomendamos tenerle paciencia, ya que puede convertirse en una experiencia soporífera si no abres tus sentidos a ver algo fuera de lo convencional. Recuerda que el horror puede tener otras formas de desenvolverse. No todo son aburridos efectos especiales computarizados y jump scares vacíos.
Veredicto Smash: 4.5 estrellas
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