Rollerball es un violento juego que pone en peligro la vida de los jugadores y mantiene entretenidas a las masas.
Año 2018. El mundo se encuentra agrupado en seis corporaciones: Energía, Alimentación, Lujo, Vivienda, Comunicación y Transporte. El orden social es absoluto. Sin embargo, las personas carecen de libertad. Y de esa manera encuentran un desahogo con Rollerball, un violento juego que pone en peligro la vida de los jugadores y mantiene entretenidas a las masas.
Rollerball es un deporte muy violento, una mezcla de hockey, boxeo, patinaje de velocidad y fútbol americano. El objetivo del juego, que se practica en una pista ovalada y es de popularidad mundial, es atrapar una pesada bola puesta en circulación por el árbitro, completar un circuito y encajarla en una estrecha portería.
El protagonista de esta historia es Jonathan E. (James Caan), capitán del equipo de Energy Corp., con sede en Houston, y estrella mundial, quien es convocado un día por Bartholomew, uno de los más importantes organizadores de este deporte.
Las empresas vs los hombres independientes
Temeroso de la popularidad de Jonathan, Bartholomew intenta convencerlo para que se retire. Pero el atleta se niega, ya que piensa que la orden va en contra de sus principios. Entre ambos hombres comienza una lucha sin cuartel que nos lleva a ser testigos de una cinta clásica que hoy se puede considerar de culto dentro del universo de la ciencia ficción.
Esta producción de 1975, dirigida por Norman Jewison, es ejemplo perfecto de esa ciencia ficción que tiene el propósito de criticar la sociedad en la que nos hemos convertido, o nos podemos convertir. En su momento, Rollerball fue un éxito comercial, pero la crítica fue dura con ella por considerarla un producto glorificador de la violencia deportiva.
No entendieron que, en realidad, se trataba de un ataque a la política del “pan y circo”, del espectáculo como dominio de las masas, y una sociedad pasiva que prefiere el consumismo por encima de la reflexión.
La victoria humana como enemiga del capitalismo
Rollerball nos da un mensaje que es el que le da soporte a su historia: para los presidentes de las compañías, el ascenso popular de ídolos deportivos supone un peligro para su control total, ya que es una muestra de que el ser humano tiene el potencial de destacar y apartarse del control empresarial/social.
Una de las escenas más devastadoras del film es aquella en la que un grupo de asistentes a una fiesta se dedica a incinerar árboles con una pistola láser, lo cual es un reflejo de la decadencia y aburrimiento existencial de las clases privilegiadas, además de su violencia reprimida.
La película, que la encuentras en el catálogo de Amazon Prime Video, se basa en un relato de William Harrison, “The Roller Ball Murder” (1973, publicado en Esquire).