Reinaldo Marcus Green fue el responsable de contar la vida de uno de los músicos más influyentes del siglo pasado.
Tuvimos la oportunidad de dialogar en exclusiva con Reinaldo Marcus Green, director de la biopic Bob Marley, la leyenda, sobre uno de los músicos más influyentes de todos los tiempos. Contar una historia como la de Marley no fue tarea sencilla para el cineasta, pues exigió algo más que simplemente presentar los hechos más relevantes del músico nacido en Jamaica. Nuestro colaborador Alberto Rojas se puso al habla con el director de la película y esto fue lo que nos reveló sobre la experiencia de llevar a la pantalla grande la vida y obra del rey del reggae.
AR: Trabajaste directamente con la familia de Bob Marley para esta película, ¿eso le agregó presión extra al proyecto?
RMG: Un poco, pero en realidad fue algo positivo porque le agregó un activo más a la producción, pero hubiera habido presión con cualquier familia, incluso con la mía (risas). Todos queríamos lo mejor para el filme y nos enfocamos en esa meta, creo que la presión vino de hacer una película de una figura como Bob Marley más que de la familia. Queríamos hacer un buen retrato de él, tuvimos una gran relación, fue un honor y un privilegio que me abrieran las puertas. Sólo tengo cosas positivas que decir de ellos.
Tuviste acceso a un Bob Marley que nadie más había visto, ¿qué fue lo que más te llamó la atención de él?
Algo que no conocía bien era la relación de Bob con Rita, y es justo lo que tratamos de mostrar en la película. No estaba contemplado en los primeros borradores del guion. Yo no sabía que Rita fue quien introdujo a Marley al rastafari, que es una de las cosas más importantes de su viaje musical, es lo que despertó al Bob revolucionario. Esos detalles no los conocía y creí que le interesarían mucho al público. La gente asume que cuando eres bueno es algo natural y no hay nada más alejado de la verdad que eso cuando se habla de Bob. Él trabajó muy duro en su arte, necesitas horas y horas de trabajo para convertirte en experto en tu rama, y Bob trabajó incansablemente para traernos su música.
Claro que tuvo talentos naturales, pero los trabajó y eso no aparece en sus videos. Siempre se ve muy relajado, no ves al tipo que se levantaba a las cinco de la mañana y que todo lo que le metía a su cuerpo tenía un propósito: si fumaba algo era porque tenía un propósito, igual si comía algo, él decía que era el primero en subirse al autobús y el último en bajarse de él y le creo. El tipo siempre fue detrás de su meta, de alguna forma sintió que su dolor debió convertirse en algo que nosotros disfrutáramos. Eso me acercó a él y a sus letras. Le tengo ahora un mayor respeto. ¿Fue una persona perfecta? No, no tratamos de retratarlo así. Como decía su hijo Ziggy: era una persona con el propósito perfecto, y me encanta esa idea.
¿Eras fan de Bob Marley antes de hacer la película?
Me gustaba, pero no era un fanático, no me sabía los detalles de su vida, pero me gustaba mucho su música. Creo que era como todos los demás en ese aspecto, me gustaban sus canciones, me sabía las letras, pero no conocía a la persona. Siempre me intrigó, el hombre era un enigma, me dio gusto no ser un experto porque eso me dio una razón para explorar su vida. Si lo hubiera sabido todo tal vez hubiera estado menos emocionado por hacer esta película. Estos viajes en los que tienes que descubrir a otra persona son divertidos y emocionantes. Me acerqué a las letras que creí que conocía, pero no era así.
¿Cuál fue el reto más grande para ti en esta película?
El lenguaje, porque es difícil hacérselo entender a la gente. Para nosotros lo fue todo el lenguaje, y además, Kingsley Ben-Adir no es jamaiquino. Cuando no hablas la lengua nativa, no la puedes interpretar como alguien local, así que el proceso de traducir todo para que él lo entendiera y pudiera actuar fue un proceso difícil, pero era la única forma de hacerlo. Además, era el hombre correcto para ese papel, eso no nos facilitó la vida pero nos retó a encontrar el significado detrás de las palabras. Kingsley fue un gran compañero para hacerlo.
¿Qué filmes influyeron en esta película?
Ciudad de Dios fue una, recuerdo cuando empezábamos con todo esto que hablaba de esa película, imagínate hacer un filme como ese pero con música. La forma visual en la que Fernando Meirelles creó una comunidad, la autenticidad con la que lo logró, te hacía sentir que estabas inmerso en el filme desde el primer cuadro de la película, y en uno diferente que nunca habíamos visto en la pantalla; Black Orpheous es otra que celebra la cultura y el cine que muestra la lucha hermosa de un país. Creo que nuestra película tiene un poco de eso, hay pocas biopics que la influyeron. Las vi todas, disfruté muchas de ellas pero quería hacer algo diferente y buena parte de eso era lograr el lenguaje correcto.
¿Cuál es tu canción favorita de Bob Marley?
‘Redemption Song’, me pongo muy emocional cada vez que la oigo. Oyendo la letra te das cuenta que tiene el peso del mundo en los hombros y lo carga por todos nosotros, eso es hermoso. Me recuerda que no estoy solo en este mundo, que tenemos que quitarnos las cadenas porque todos somos libres. Eso me recuerda dónde estoy, dónde tengo que estar y hacia dónde voy.
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