Lee nuestra reseña sobre ‘Ghostbusters: Frozen Empire’, la cuarta cinta de la franquicia de los Ghostbusters que pronto estará en cines.
Ghostbusters: Frozen Empire se ambienta dos años después de los sucesos de Ghostbusters: Afterlife. En esta nueva historia, la familia Spengler vuelve a ser la protagonista, pero ahora en la ciudad donde la historia del cuarteto de cazafantasmas empezó hace casi 40 años: Nueva York. ¿Qué nos pareció la película? ¿Qué vas a encontrar en ella? ¿Vale la pena gastar el boleto para ver esta nueva aventura? Aquí te decimos lo bueno y lo malo de Ghostbusters: Frozen Empire.
Lo malo
Nostalgia vacía
Frozen Empire ofrece referencias y easter eggs en abundancia a otras películas y personajes de la franquicia, pero a lo largo de la historia se llega a sentir como si el toque de nostalgia estuviera vacío. Es decir, a pesar de reencontrarnos con los cazafantasmas sobrevivientes éstos no llegan a tener un peso importante en la historia.
Es verdad que ahora el resto de la familia Spengler son los herederos de la marca Ghostbusters, sin embargo, la presencia de Peter Venkman (Bill Murray), Ray Stantz (Dan Aykroyd), y Winston Zeddemore llega a percibirse gris y carente de fuerza. Están ahí, pero a veces queda la sensación de que bien pudieron no aparecer y la historia no los hubiera echado de menos. Especialmente la presencia de Bill Murray se nota un tanto forzada y su personaje no logra más que arrancar algunas risas.
Un villano computarizado que no atemoriza
Sé que las comparaciones a veces son innecesarias, absurdas y sin sentido, pero también son un buen punto de partida para evaluar un producto. En este caso, el nuevo villano Garraka no tiene la presencia maligna del icónico Vigo el Cárpato, aquel ser sobrenatural de Ghostbusters 2 que incluso ponía de nervios al espectador con su mirada llena de odio.
Garraka es un ser hecho a base de computadora y esa tecnología de la que el cine actual tanto depende. Tanto es así que en ningún momento llega a ser temible, sino más bien frío y carente de carisma. Es verdad que está bien hecho y que a los amantes de los efectos especiales quizás les parezca brillante, sin embargo, no llega a ser un personaje memorable.
La historia tarda en arrancar
Frozen Empire tarda mucho en sentar las bases de la película, ya que se esfuerza demasiado en dar a cada personaje un momento para brillar. El hilo conductor es la heroína Phoebe (Mckenna Grace es brillante), pero el personaje se pasa la mayor parte de la película luchando contra la angustia adolescente. McKenna Grace hace un gran trabajo y mantiene el interés de los espectadores. Sin embargo, parece ser que la película pone toda clase de situaciones en el camino que hacen que cuando el fantasma central de la historia por fin aparece ya no tenga el impacto esperado.
Lo bueno
Diversión y entretenimiento en todo momento
Ghostbusters: Frozen Empire mantiene un ritmo muy ágil en general que hace que siempre te mantengas a la espera de la siguiente secuencia. La historia está bien llevada, creando intriga y un misterio en torno a lo que está por ocurrir en Nueva York. En ese aspecto, el público tiene garantizada la diversión o, por lo menos, la sensación de no aburrirse al ver una cinta que combina la acción con la aventura y un poco de terror. Es decir, los elementos que han hecho de la franquicia un producto de culto están ahí listos para que los fanáticos los devoren y gocen.
Mckenna Grace nos conmueve
La actriz que hace de Phoebe Spengler en esta nueva entrega lleva en gran medida el soporte de la cinta. Es carismática, le da un toque de ternura a la historia, pero también nos hace pensar en conceptos como la valentía, el coraje y el cumplimiento de un deber. En su rol como la nieta de Egon Spengler sabe que sus conocimientos y amor por su familia son sus principales armas para luchar en contra de las presencias sobrenaturales que asolan Nueva York. Mckenna nos da una muestra de que tiene un futuro brillante por delante como actriz.
¿Qué esperas de Ghostbusters: Frozen Empire? ¿Irás a verla?