Hay un disco que James Hetfield no se cansa de escuchar e irónicamente pertenece al estilo de rock del que tanto renegaba en sus primeros años al frente de Metallica.
Cuando Metallica surgió a mitad de los 80, eran el tipo de banda que detestaba a las hair bands, es decir, aquellas agrupaciones que creaban música pegajosa, comercial y cuyas letras hablaban sobre fiestas, alcohol y mujeres. Metallica llegó en dicha década para dar un golpe de autoridad mediante su sonido rasposo, agresivo y contundente, totalmente opuesto al de esas bandas de rock que sacaban discos para venderse en el mainstream.
Sin embargo, todos guardamos algunos secretos y sorpresas, y James Hetfield, vocalista de Metallica, no es la excepción. Hay un disco que el guitarrista no se cansa de escuchar e irónicamente pertenece al estilo de rock del que tanto renegaba en sus primeros años al frente de la banda californiana.
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Un clásico del rock de los 70
Hablamos del disco debut de Van Halen, un grupo que de alguna forma inspiró a esa horda de bandas ochenteras mediante su música estética y, sobre todo, la actitud de su primer cantante David Lee Roth.
La primera obra musical de Van Halen hoy es un clásico: es el tipo de álbum que se puede poner en una fiesta, pues desde el primer tema resulta ser una explosión de rock que nos da poco aliento entre canción y canción.
Van Halen son una de las mejores bandas de rock de finales de los setenta. El estilo característico de su ya fallecido guitarrista Eddie Van Halen y la personalidad escénica de David Lee Roth dieron origen (involuntariamente) a la escena del hair metal que surgió a principios de los ochenta, y que la mayoría de las bandas de thrash metal, como Metallica, detestaban absolutamente.
Pero Hetfield parece ser que muy en su interior guardaba un profundo respeto y admiración hacia Van Halen:
“Es increíble. Todavía me impresiona ese disco. Tiene un sonido tan vivo. (También tiene tanta juventud) y rebeldía. Suena tan bien. Era fiesta, definitivamente era música de fiesta”.
Piedra angular del género
Van Halen posee un sonido fresco y poderoso, gracias en gran medida al virtuosismo de Eddie Van Halen, quien revolucionó la forma de tocar la guitarra eléctrica. El álbum abre con “Runnin’ with the Devil”, una explosiva declaración de intenciones que establece el tono para el resto del disco. La voz distintiva de David Lee Roth, combinada con la furiosa guitarra de Eddie Van Halen, crean una energía electrizante.
El álbum también incluye clásicos como “Eruption”, una exhibición impresionante del talento de Eddie Van Halen en la guitarra, que luego desemboca en “You Really Got Me”, una versión del clásico de The Kinks, que Van Halen revitaliza con su propio toque distintivo.
Este disco debut de Van Halen sigue siendo una piedra angular del género y un favorito entre los amantes del rock en todo el mundo.
Hay que decir que Van Halen, pese a ser una banda con un actitud festiva y un sonido alegre, también supieron acuñar algunas obras con un toque más heavy, como es el caso del álbum Women and Children First, de 1980.