Entre 2006 y 2007, Brian K. Vaughan y Marcos Martin se unieron para presentar un clásico instantáneo y atemporal llamado Doctor Strange: The Oath. La miniserie de cinco ediciones comienza con Wong arrastrando a un Doctor Strange víctima de una herida de bala a la oficina de Night Nurse. Pero Wong también está en peligro de muerte.
Mientras ella cura al Hechicero Supremo en el plano físico, la proyección astral de Strange le informa que luchó contra un dios gato para recuperar un elixir que puede terminar con el cáncer y curar el tumor cerebral de Wong. Luego, un ladrón llamado Brigand dispara a Strange una bala de plata, desde la pistola que Hitler usó para suicidarse y que tenía bastante mala vibra como para penetrar los escudos del místico. Poco a poco descubre que tras el incidente se encuentra el doctor Nicodemus West, director de Timely Pharmaceuticals.
El Dr. West ingresó a la vida de Strange como uno de los cirujanos que ayudó a reparar sus manos después del accidente que lo llevó a convertirse en el amo de las artes místicas. Después de que Strange partiera a buscar a El Antiguo, West se quedó con los pacientes de Stephen, muchos de los cuales murieron. ¿Qué es lo que lleva a un antiguo conocido de Stephen Strange a regresar a la vida del Hechicero Supremo pero ahora no precisamente como su aliado? ¿Qué se debe hacer con un elixir capaz de curar el cáncer y detrás del cual están enemigos y farmacéuticas? Con esa acción y con esas preguntas inicia The Oath.
La historia que resucitó a Doctor Strange
En 2006, Stephen Strange gozaba de cabal salud, y aunque era un personaje importante en varias macro tramas del Universo Marvel, la popularidad de sus historias individuales estaba lejos de experimentar su mejor momento. Y llegó The Oath
La gran mayoría de los críticos coinciden en que se trata de la mejor historia de Doctor Strange en los cómics, o al menos una de las mejores. Obra de Brian K. Vaughan y Marcos Martín, en esta novela gráfica de dilema moral, el místico tiene la cura para todos los males que aquejan al mundo y debe decidir si afectar el destino de la humanidad o no al dar a conocer este milagro. ¿Qué juramento deberá cumplir? ¿El Hipocrático hecho como médico que lo obligaría a proteger la vida de su amigo o el juramento como Protector de la Tierra que implica procurar el bienestar de ésta?
Sin perder su tono de cómic de aventuras de superhéroes, en The Oath está presente también un alegato sobre “la cura”, “la enfermedad” y la actualidad de la “industria farmacéutica”. Casi desde el quirófano.
Por la calidad de su realización, The Oath se coloca al lado de títulos fundamentales en la literatura de Stephen tales como Strange Tales #115 (1963); Doctor Strange #169 (1968) y Doctor Strange #45 (1992), o los arcos argumentales que estuvieron a cargo de Jason Aaron y Chris Bachalo, quienes llevan al extremo de la extravagancia las posibilidades mágicas del Universo Marvel. Y aunque también es altamente disfrutable el trabajo del dibujante Frank Brunner en la década de los años setenta, del ilustrador Marshall Rogers en los ochenta y, por supuesto, la psicodélica propuesta sesentera del padre de Stephen Strange, Steve Ditko, entre ellos sobresale The Oath.
Easter eggs el Libro de los Vishanti
Vaughan incluyó algunos guiños no sólo de la historia del Doctor Strange sino también de la de Marvel en las páginas de The Oath. Probablemente notarás que la compañía farmacéutica lleva el nombre de la editorial predecesora de Marvel, Timely Comics, responsable de las publicaciones originales de títulos como Marvel Comics y Captain America en los años 30 y 40. Si bien en el momento en que apareció por primera vez Doctor Strange, la compañía había sido renombrada Marvel Comics, muchos de sus personajes continuaron.
Además, revisa el nombre de la codiciada pócima capaz de curar todos los males físicos: Otkid elixir. Cambia las letras y obtendrás el nombre del artista fundamental en el desarrollo de Strange, ¡nada menos que Steve Ditko!
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