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Así era la versión de ‘Dune’ de Alejandro Jodorowsky que nunca llegó a ser
Esto es lo que debes saber de la versión de Dune de Alejandro Jodorowsky que nunca llegó a ser: desde el extraño reparto hasta lo que quería transmitir en la audiencia.
El gran sueño frustrado del cineasta chileno Alejandro Jodorowsky se llama Dune. Mientras directores como David Lynch o Denis Villeneuve pudieron cumplir el proyecto de llevar la obra de Frank Herbert a los cines en distintas épocas, Jodorowsky montó un proyecto alucinante que finalmente nunca pudo filmar. ¿Qué ocurrió? ¿Cómo era la visión de este cineasta respecto a una de las obras de ciencia ficción más populares de la historia? Esto es lo que debes saber de la versión de Dune de Alejandro Jodorowsky que nunca llegó a ser.
Alejandro Jodorowsky siempre tuvo una obsesión con la novela de Frank Herbert, y por ello se puso manos a la obra para crear borradores, planear escenas, elegir el reparto y organizar lo que sería su gran obra. Corría el año 1974 y el cineasta quería hacer algo adelantado a su tiempo, y para ello deseaba contar con la ayuda de genios en diferentes áreas artísticas: desde H.R. Giger y Dan O’Bannon hasta Pink Floyd y Salvador Dalí, entre otros.
Incluso en el año 2013 salió un documental, Jodorowsky’s Dune, donde se explora todo lo que rodeó a esta producción nunca filmada y que resulta la mejor ventana para conocer lo que Jodo tenía en mente.
Dune, según Alejandro Jodorowsky
Uno de los primeros deseos del director era que la audiencia experimentara los efectos del LSD al contemplar su versión de Dune. El LSD es un alucinógeno sintetizado por Albert Hofmann en Suiza en 1938.
Para el papel del emperador Padishah, el cineasta chileno quería al pintor español Salvador Dalí. Se cuenta que el realizador chileno buscó al artista catalán en el hotel St. Regis de Nueva York para hablarle para su proyecto. El problema fue que Dalí comenzó a demandar ciertas exigencias para ser parte de Dune: por ejemplo, su mujer Gala debía aparecer en el filme, tendría que disponer de un helicóptero para trasladarse o ser el actor mejor pagado del proyecto.
Dalí le aconsejó a Jodorowsky de que contratara al artista H.R. Giger para que le ayudar a plasmar la idea visual del chileno sobre el mundo de Dune. Giger trabajó en algunos bosquejos alucinantes que al final se quedaron como meras ideas. Sin embargo, esto le abrió las puertas a Hollywood, ya que Ridley Scott lo contrató para que le diera vida al mundo de Alien. El resto es historia…
El reparto para esta cinta era totalmente alucinante. Además de Dalí, Brontis Jodorowsky, el hijo del cineasta que por aquel entonces tenía 12 años, iba a ser Paul Atreides. Se cuenta que el adolescente entrenó 6 horas al día, los siete días a la semana, durante dos años, para poder interpretar el papel.
Para el papel del Barón Vladimir Harkonnen, Alejandro Jodorowsky pensó en Orson Welles, el cual aceptó a cambio de que se contrataran al chef del hotel en el que se alojaba para cocinarle durante la filmación de Dune.
Por último, para el papel de Feyd-Rautha, el realizador chileno pensó en Mick Jagger. Cantante y líder de los Rolling Stones. Ambos se encontraron durante una cena y se dice que Jagger aceptó encantado la proposición.
¿Cuál fue la causa de que la versión de Dune de Jodorowsky no se hiciera?
El costo financiero era altísimo. Por ello, los productores Arthur P. Jacobs y Michel Seydoux vendieron los derechos de la novela de Herbert al italiano Dino De Laurentiis en 1982. Este personaje terminó produciendo el polémico filme de David Lynch en 1984.
Como dato curioso, el director de Mulholland Drive decidió firmar su película en su versión para televisión como Alan Smithee, pues no estaba para nada convencido del resultado final.
Es imposible imaginar cómo hubiera sido el resultado de Dune bajo la óptica de Jodorowsky. Quizás hubiera sido una cinta grandiosa, o un fracaso absoluto. Un derroche de genialidad o un capricho sin ton ni son. Lo que es verdad es que todo mundo hubiera ido a verla. Nadie se quedaría con las ganas de ver este despliegue volcado a la gran pantalla.
La versión de Dune de Alejandro Jodorowsky permanece como el gran ejemplo de una superproducción de culto que jamás se hizo. ¿Una pena o una suerte? Sólo el tiempo lo dirá.