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No mires: Si crees saber su secreto… piensa dos veces
No mires (Look Away) es la nueva propuesta de Assaf Bernstein, para los amantes del suspense.
Director: Assaf Bernstein
Actúan: India Eisley, Jason Isaacs y Mira Sorvino
Duración: 103 minutos
★ ★ ☆ ☆ ☆
Sinopsis
La primera imagen en No mires (2018) es un ultrasonido de dos bebés en el útero. Años después, en una conveniente coincidencia, la insegura Maria (India Eisley) descubre la ecografía escondida en el marco de su espejo; a partir de entonces ella escucha la voz de su reflejo con quien sostiene conversaciones en las que devela sus más pensamientos más oscuros
Tímida y acomplejada, Maria debe lidiar con el acoso en la escuela y la envidia que siente por su única amiga, más sociable y popular que ella.
Su padre (Jason Isaacs), un cirujano plástico le recrimina por su aspecto físico y falta de amigos, mientras que su madre sumisa (Mira Sorvino) no se atreve a intervenir por miedo a perder a un marido que sabe que le es infiel.
La protagonista encuentra consuelo en su doppelgänger del espejo, la versión de sí misma que a ella le gustaría ser. La implicación —aún si la película insiste inútilmente en mantener la ambigüedad— es que Maria tenía una gemela y la personalidad de ésta, de algún modo se manifiesta en su mente.
Ella la insta a defenderse y a tomar las riendas de su identidad… lo que en teoría es un mensaje muy positivo.
Pese a que el trabajo actoral de Eisley en dos roles paralelos y opuestos es digno de admiración, el guión levanta serias preguntas una vez que la doble asume el control de las acciones.
«There are two sides to every soul.»
Primero, porque si la idea es que la protagonista se empodere y tome control de sus decisiones, No mires (Look Away) pierde todo su impacto narrativo al explicarse por medio de una personalidad dual ¿es una alucinación, está poseída por su gemela, o ésta es una manifestación de su voluntad reprimida que por fin sale a flote? Nunca queda claro.
Y segundo, porque la venganza de Maria es hiperbólica, gratuita, y ni hablar de su nula falta de consecuencias en la trama. Sin importar la justificación para lo que pasa en la mente de su personaje principal.
No mires (2018) pierde el piso hacia su último acto, para entregarse a una venganza pueril. Es en estos casos que conviene tomar el título de la película como recomendación.
Veredicto
Es mejor dejar pasar No mires (2018) por su problemática historia, un “elefante en la habitación” que opaca a su talentosa protagonista.
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